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lunes, 8 de octubre de 2012

Domingo 07/10/10

Aunque el despertador está programado para sonar a las cinco de la mañana, me levanto sobre las cuatro y media. Me pasa casi siempre que voy a cazar. Duermo mal, supongo que por las ganas de salir al monte y la excitación correspondiente. 

Al levantarme lo primero que hago es mirar por internet la temperatura actual en la zona de caza, Berga. La página, meteoberga, indica 16 grados. Buena temperatura, me digo, por lo que descarto ir demasiado tapado. Una camiseta y una jersey ligero. Añado un anorak, por si acaso. 


Mi puesto en la batida
Como tengo todo preparado, me relajo, tomo café y sobre las cinco y media me voy. Primero gasolina, y carretera y manta. Después de una hora y casi un cuarto llego a La Cabana. El primero. 

Otro cafelito. Los compañeros van llegando, todos con buen ánimo y ganas de salir al monte. 

Sobre las siete y media se hace el sorteo. Con la esperanza de que me toque el nº uno meto la mano en la bolsa y me sale el quince. Bueno, en el fondo me da igual, aunque poder elegir la mejor parada un día de estos estaría bien. 


Detalle de la cabeza del corzo abatido
Cazaremos el bosque de Berga. Es una zona cercana a la ciudad, de ahí el nombre, donde se suelen dar buenas batidas, y en la que estuvimos un par de sábados atrás. Como entonces vuelvo a irme con Vicens, y vuelvo a ir a las paradas del Collet de la Cabra. 

Por el camino vemos señales evidentes de la presencia de jabalíes. Esto pinta bien. Gil y yo nos vamos a las últimas paradas. Yo en el mismo collet, donde se abatió un cochino el último día, y Gil al final de la cadena un poco más allá. 

Empieza la batida con movimiento. Los perros dan con un buen marrano que rinde visita a un compañero el cual le receta dos o tres tiros y lo toca. Es un buen jabalí, y deja sangre, nos dice por la emisora. Los perros, enseguida, le dan alcance y se produce un agarre antológico, según puede comprobar el perrero que, a escasos dos metros del cochinazo, no se atreve a rematar de un tiro por miedo a herir algún perro, por lo que tiene que usar el cuchillo de remate. Una vez abatido del todo el animal, comprueba que varios perros han sido heridos por el bicho. Al menos dos necesitarán veterinario. 


Poniendo el correspondiente precinto
La batida sigue y se oyen las ladras de los perros arriba y abajo continuamente. Eso me hace estar muy atento en mi puesto, por lo que el tiempo pasa deprisa. Dos veces me sobresalto. Las dos veces por una ardilla que se pasea por los pinos sobre mi cabeza. 

Sobre el mediodía avisan de que un corzo, con buen trofeo se dirige a nuestra zona. Al poco, se oye un tiro de uno de los compañeros que se han quedado en las primeras paradas. Por la emisora avisa de que ha disparado al corzo, pero no sabe si lo ha tocado. Confirma el cobro del animal en cuanto se pone a rastrear la zona. 

Poco más ha dado de sí la mañana. Sobre las 12,30h se toca retirada y para casa. 

En resumen, otro magnífico día de caza mayor que, como casi siempre, cumple con mis expectativas de emoción y disfrute de la naturaleza. 

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