Estupenda mañana con la que me ha recibido Berga hoy. Un día
magnífico, de calor, sin una nube hasta el mediodía, cuando el cielo ha
empezado a nublarse ligeramente.
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| La vistas desde el puesto |
Reunión animada en La Cabana. Bastante
gente. Tanta que el nen no ha tenido bastante con los números habituales para
el sorteo de puestos, y ha tenido que
añadir al “bombo” unos cuantos más para cubrir la cantidad de cazadores que
hemos asistido a la batida de hoy.
Es normal. Como aún no se ha abierto la
temporada de caza menor, algunos cazadores se apuntan al jabalí antes de
poderse echar al monte en Octubre. Pasado el día del Pilar les veremos poco el
pelo. Pero no hay problema, esto pasa cada año y todo el mundo lo sabe, por lo
que son bien recibidos en el grupo. Además, que como pagan como el que más,
pueden cazar cuando quieran y con quien quieran.
Después de los cafeses y ritos habituales, decidimos ir a
batir el bosque de Berga. A mí me toca la zona del “Collet de la cabra” y hacia
allá marcho siguiendo a nuestro amigo Vicens,
experimentado cazador de más de ochenta años al que no es fácil seguir
por el monte por el ritmo que impone a pesar de su edad. La verdad es que la
caminata desde el castillo hasta los puestos es agradable. Aunque el sendero,
bastante estrecho a veces, no entraña, en esta época, ninguna dificultad. En
invierno es diferente ya que está congelado casi en su totalidad y algún paso
normal se convierte en peligroso. Mido con el gps de mi móvil la distancia
hasta las paradas y me marca algo más de kilómetro y medio.
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| Retirándonos con los perros al final de la batida |
Vamos llegando a las paradas. En el collet de la cabra se
queda Vicens. En la siguiente parada se queda Jaume, y yo en la siguiente. La verdad
es que las vistas desde mi puesto son espectaculares, y al estar en medio de la
batida ofrece buenas oportunidades para conseguir mandar un recado a algún
macareno. Toda la mañana se oye a los perros acosando. Primero a un zorro,
después a un corzo, el cual es abatido. Nos avisan de que un marranazo se nos
está acercando, pero se escapa entre Jaume y Vicens. Al rato oigo un disparo
muy cercano. Es Jaume al que, mientras estaba almorzando, se le han presentado
un par de cochinos de medida más que correcta, unos cuarenta kilos. Los
animales lo ven y se paran, lo que aprovecha Jaume para cambiar el bocata por la escopeta rápidamente
y dar caza a uno de ellos.
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| Uno de los marranos abatidos |
Finalizando la batida se detecta que los perros están
acosando rayones. Por la emisora se da orden de no tirar a ningún marrano que
pudiera ser la hembra que los está criando para que los cochinillos tengan
futuro. Así se hace y, prácticamente dejamos de cazar, además de conseguir que
los perros cesen en su acoso y acudan a la llamada de sus respectivos perreros.
Sobre las doce tocamos retirada. Mucho calor. Al final se
han abatido dos cochinos y un corzo al
que se le ha puesto el correspondiente precinto, tal y cómo marca la ley.
En resumen, un estupendo día de caza.



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